EL TESORILLO DEL CERCADO DEL TIO AQUILINO
La terraza natural , a dos niveles , que se extiende entre las plazas de la Iglesia y la Quebrada en Zufre ha posiblilitado asentamientos humanos ininterrumpidos al menos desde la edad de bronce , un espacio habitacional, inalterado durante siglos que ha generado una superposicion de estratos , ya en la época moderna (a partir del s.XVI) una parcelacion inalterable. Los hallazgos causales entran en la tónica general de cualquier obra que se realiza dentro de un perímetro limitado por la Torre de la Harina y del Alcahuete, así en la década de los 70 fue encontrado un cuchillo de bronce en la Calle Teresa Lora perteneciente al Bronce Pleno,una de las figuras mas representativas de este periodo en la Sierra Onubense (1), además tenemos consciencia de un conjunto monetal compuesto por al menos una docena de dirhams, encontrados en la Plaza de la Iglesia en los años 50 del Siglo XX, durante el saneamiento de un muro. En otras casas limites con la Torre de las Harinas se recuperaron varios candiles de piquera datados en los Siglos IX-X y algunos fragmentos de ataiformes de época califal con decoración verde y morada. Los testimonios apuntan incluso a que durante la canalización de la Quebrada y la Calle Peña, en los años 30 del Siglo XX, aparecieron bastantes restos desperdigados y entre todos sobresalía un fragmento de lápida funeraria de mármol blanco con líneas de cúfido simple de resalto.
II. El Tesorillo del Cercado de Tío Aquilino.
A juzgar de lo conservado y avalado por las escasas referencias documentales, la ocupación de la zona Oeste de la Villa, la comprendida entre Los Linares y Buenavista, debió ser escasa hasta mediados del Siglo XIX. Es a partir de esta época cuando desde el Ayuntamiento se gestiona la ocupación de las parcelas lindantes con el antiguo camino real a Higuera de la Sierra. Sólo tres construciones, El Molino de San Luis, la Plaza de toros y la Posada de los Linares darán uniformidad a una vasta área limitadda por regajos de aguas, adelfas y juncias que desde la Plaza discurrían camino arriba. Con la construción de las primeras casas de la Calle, a partir de 1.850-1.860, se realizan las primeras intervenciones en cuanto a saneamiento además de los primeros movimientos de numerosos huesos y fosas. Ya en época reciente la aparición del tesorillo del campo de futbol entro a formar parte del folklore local. El lugar del hallazgo fue el cercado del polideportivo , entonces un olivar que ocupaba una cerca que rondaba las 4 hectareas limitado por la calle Linares y Buenavista, y en el cual se estaban ejecutando diversas obras desde principios de los años 50 del siglo XX. Las obras que comenzaron con la supresión de los dos basureros públicos, uno en las traseras del Cuartel y otro en la caída de las escuelas se programaron a largo plazo con un proyecto inicial que conllevaba el desmonte de la cerca y levantar un muro de contención para rellenar una terraza de 300 metros cuadrados. Tanto entre las autoridades de la localidad, como entre "las fuerzas vivas de la Villa" (2) se abrió un foro de ideas sobre el destino final de los terrenos, los dos proyectos o ideas principales pasaban por la construción de un área deportiva con una piscina municipal hasta otro mas ambicioso que llevaria a la construción de una treintena de viviendas en tres terrazas. Uno u otro proyecto pretendían recuperar para el disfrute una zona baldía, ubicada en el centro del Municipio, parte de los "Propios" del Concejo hasta las desamortizaciones del XIX y que más tarde por subasta pasó a manos particulares, similares al proyecto que iniciado a mediados del Siglo XX derivó en la construción del Paseo de los Alcaldes.
El avance de las obras chocó con la orografía del terreno, el asentamiento se encontraba sobre una enorme peña que atrasó enormemente el avance así como disparó los costes iniciales, sólo el empleo de dinamita, a mediados de los años 70, facilitaron los trabajos de rebaje y allanado de la terraza artificial que se pretendía formar, la piedra extraída se empleo en la nivelación y el gran espacio a rellenar, no faltaron la aparición de hundimientos y socavones en las viviendas próximas que daban a la Calle Linares. En 1.964
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