"Ebook del I Concurso Wikanda"

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EL POETA SAN JUAN DE LA CRUZ

Nació en Fontiveros, provincia de Ávida (España), hacia el año 1542.Se traslada a vivir a Medina del Campo. A la edad de veintiún años, y en Medina, entra en la Orden del Carmelo. Destinado a Salamanca, es ordenado sacerdote en 1567. Después reside en Valladolid, Duruelo, Alcalá, Ávila, Toledo, Sierra Morena, Baeza, Granada, Segovia, Serranilla de Jaén y Úbeda, donde muere a sus cuarenta y nueve años. — Fiesta 24 de noviembre. Misa propia. En Medina, en 1567, se encuentra Juan con Teresa de Jesús, que ha comenzado ya la reforma del Carmelo. Pronto se da cuenta Teresa, a pesar de contar Juan de la Cruz solamente veinticinco años de edad, del valor de aquel «santico»,Entre tanto, surgían graves dificultades entre los carmelitas descalzos y los mitigados. Aunque el superior general había autorizado a Santa Teresa a emprender la reforma, los frailes antiguos la consideraban como una rebelión contra la orden;Como Juan se rehusase a abandonar la reforma, le encerraron en una estrecha y oscura celda y le maltrataron increíblemente. Ello demuestra cuán poco había penetrado el espíritu de Jesucristo en aquellos que profesaban seguirlo. Los primeros poemas de San Juan que son como una voz que clama en el desierto, reflejan su estado de ánimo: En dónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste, habiéndome herido; salí tras ti clamando, y eras ido. Consiguió escapar de forma milagrosa, en agosto de 1578. Durante los años siguientes se ocupó principalmente de la fundación y el gobierno de monasterios en Baeza, Granada, Córdoba, Segovia, y otros lugares Nos dejo las obras siguientes, publicadas en Bruselas en 1619 por primera vez.

"Ascensión al Monte Carmelo", Patrondelacarolinalacarolina.jpg

"Noche Oscura del Alma",

"Cántico Espiritual",

"Llama de Amor viva",

"Una Colección de Máximas Espirituales"

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Pero no todos estaban dispuestos a dejar en paz al santo, ni siquiera en aquel rincón perdido. Siendo vicario provincial, San Juan, durante la visita al convento de Sevilla, había llamado al orden a dos frailes y había restringido sus licencias de salir a predicar. Por entonces, los dos frailes se sometieron pero un consultor de la congregación recorrió toda la provincia tomando informes sobre la vida y conducta de San Juan, lanzando acusaciones contra él, afirmando que tenía pruebas suficientes para hacerle expulsar de la orden. Muchos de los frailes prefirieron seguir la corriente adversa a Juan que decir la verdad que hace justicia. Algunos llegaron hasta quemar sus cartas para no caer en desgracia. En medio de esa tempestad San Juan cayó enfermo. El provincial le mandó salir del convento de Peñuela y le dio a escoger entre el de Baeza y el de Ubeda. El primero de esos conventos estaba mejor provisto y tenía por superior a un amigo del santo. En el otro era superior el P. Francisco, a quien San Juan había corregido junto con el P. Diego. Ese fue el convento que escogió. La fatiga del viaje empeoró su estado y le hizo sufrir mucho. Con gran paciencia, se sometió a varias operaciones. El indigno superior le trató inhumanamente, prohibió a los frailes que le visitasen, cambió al enfermero porque le atendía con cariño, sólo le permitía comer los alimentos ordinarios y ni siquiera le daba los que le enviaban algunas personas de fuera. Cuando el provincial fue a Ubeda y se enteró de la situación, hizo cuanto pudo por San Juan y reprendió tan severamente al P. Francisco, que éste abrió los ojos y se arrepintió. Después de tres meses de sufrimientos muy agudos, el santo falleció el 14 de diciembre de 1591.


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