Fiestas de San Juan de la Cruz (La Carolina)
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El municipio jiennense de La Carolina celebra sus fiestas patronales en honor de San Juan de la Cruz el último fin de semana de Noviembre. Aunque la Inmaculada fue nombrada Patrona de la ciudad en 1769, el templo principal de la Colonia se bendice con los nombres de La Concepción y San Carlos, a instancias de Olavide, en recuerdo del Rey Carlos III. Sin embargo la fama de santidad de San Juan de la Cruz en esta tierra, antes incluso de su canonización, y el hecho de que habitara en el convento de la Peñuela, al que visitó en multitud de ocasiones, donde gozaba de un culto inveterado y frecuente, hizo que desde la época fundacional los carolinenses lo convirtieran en su Patrón, superando a la Inmaculada. El Intendente Ondeano confirma este dato en carta dirigida a Múzquiz en fecha 29 de Diciembre de 1783. En la actualidad los copatronos de La Carolina son La Inmaculada Concepción y San Juan de la Cruz.
La tarde del día 24 la venerada Imagen sale en procesión precedida de la Reliquia, portada por un fraile carmelita, dirigiéndose a la Ermita donde se quema una monumental traca. En estas fiestas, se mantiene la tradicional rifa de un cerdo vivo al terminar la comida de Hermandad. Destaca el Castillo de Fuegos artificiales la víspera de la festividad.
Durante las fiestas, se organizan diversos actos y celebraciones: castillo de fuegos artificiales, la traca a la llegada del santo a su ermita y el tradicional sorteo del cerdo al final de la misa del santo patrón.
San Juan de la Cruz en La Carolina
La primera y la última vez que San Juan de la Cruz vino a tierras de Andalucía en las que permaneció durante un gran período de tiempo, lo hizo entrando y deteniéndose por breve tiempo en lo que hoy es la ciudad de la Real Carolina.
Estuvo en el convento de La Peñuela que fue para el santo como un sorbo de agua fresca, las dos veces que llegó a este lugar lo hizo débil y macilento, perseguido y humillado, y en este rincón encontró la paz y el descanso.
La vida del santo fue una vida de sufrimiento y penalidades, pero a la vez de alegría y entrega por eso quiso ponerse de la Cruz, para que este símbolo reflejara lo que quería que fuera su vida: una entrega por los demás, sin importarle el sacrificio ni el sufrimiento.
Tanto amó a estas tierras y a sus habitantes que después de su muerte quiso agradecer a esta gente su cariño regalándole una misa a La Peñuela. No quiso irse definitivamente sin decir adiós a su rinconcito amado y entrañable.135 años después de su muerte es elevado a Santo por la iglesia católica
La Carolina en agradecimiento a su patrón le hizo este himno.
- Himno a San Juan de la Cruz
- Del carmelo la santa montaña
- se ha vestido de nuevo fulgor
- porque brilla en el cielo de España
- la aureola de Juan el doctor.
- Ensalzar al maestro Divino
- que aprendió su saber en la Cruz
- y a las almas alumbra el camino
- con un fuego de amor hecho luz
- y a las almas alumbra el camino
- con un fuego de amor hecho luz.
- Hoy al cielo triunfal se levanta
- un glorioso y sonoro clamor
- es el himno de un pueblo que canta
- gloria, gloria al divino doctor
- es el himno de un pueblo que canta
- gloria, gloria al divino doctor.
San Juan de la Cruz
Su nombre verdadero era Juan de Yepes Álvarez, y nació el 24 de junio del 1542 en Fontiveros (Ávila). Perdió a su padre a los 6 años, y a los 9, se traslado con su madre a Medina del Campo, donde ingresa en un colegio para pobres. Se inició en diversos oficios, entre ellos el de tejedor, pero fracasa en todos.
Colabora en el convento de monaguillo y de enfermero en el hospital de Medina del Campo. En 1563 tomó los hábitos de los Carmelitas, adoptando el nombre de Fray Juan de San Matías, y 1567 fue ordenado Sacerdote, y adopto definitivamente el nombre de San Juan de la Cruz.
Estuvo 9 meses en la cárcel, en un convento de Toledo, acusado de apóstata, para huir de la prisión contó con las influencias de su paisana Teresa de Jesús ante la duquesa de Alba. Se refugió en un convento de Jaén, fundando varios conventos en Andalucía aquí fue nombrado Vicario Provincial de las Carmelitas Descalzas, tuvo un nuevo enfrentamiento con las jerarquías religiosas por lo que ingreso de nuevo en prisión en un convento de la Peñuela en plena Sierra Morena ,donde culminó las escrituras de sus principales obras literatas algunas de ellas son (Cántico espiritual, Noche oscura, Llama de amor viva etc).
Cuando fue excarcelado, cumplió su traslado en América. El 14 de diciembre de 1591 muere a la edad de 49 años.
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