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Cultivo de tabaco en la Vega del Genil

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Enviadas por Hernán Cortés, las primeras semillas de tabaco entran en España procedentes de América a principios del siglo XVI. Hablar de tabaco es hablar de la historia de Granada, y concretamente de la historia de nuestra Vega, hace añorar a los mayores paisajes de altas y verdes plantas, sólo rotas por los secaderos, testigos mudos, fieles exponentes del esplendor que llegó a alcanzar el cultivo. El tabaco supuso una innovación en los usos agrícolas tradicionales y llegó a convertir a la provincia en la principal productora de todo el país durante un cuarto de siglo, por lo que hablar del tabaco supone hablar de una de las etapas más florecientes de la Historia Económica Contemporánea de Granada. Todo lo relacionado con el tabaco se encontraba en situación de monopolio por parte del Estado, el estanco garantizaba una fuente constante de ingresos, por lo que optó por gravar la importación y no autorizar el cultivo de la planta. La regulación culminaría en 1636.

Voces del agrarismo de todo el país, y sobre todo, granadino se oyeron durante todo el siglo XIX reclamando el cultivo libre del tabaco. En esta acción reivindicativa se vieron implicadas tanto las principales instituciones de la época ( Cámara de Comercio, Liga de Contribuyentes, Liga Agraria, Sociedad Económica de Amigos del País...) así como numerosas personalidades granadinas ( Marqués de Dílar, Conde de las Infantas...) y medios de comunicación como “El defensor de Granada”.

El tabaco, a partir de 1880, y como consecuencia de la profunda crisis económica que padecía la provincia simbolizaba la esperanza de progreso para la provincia; políticos, empresarios, intelectuales participaron de esta voluntad de transformación agraria con miras a desarrollar una economía más variada y productiva que generara riqueza y empleo. Efectivamente, esto se lograría a partir de los años 20 del siguiente siglo. La crisis del cultivo de la remolacha ( se refiere a la industria azucarera que nace en la Vega en contraposición a la generada en la costa a partir de la caña de azúcar) a partir de finales del siglo XIX y primeros del XX, acentuó las esperanzas depositadas en el nuevo cultivo, fortalecidas por la Ley de 1887 que preveía una posible autorización, que sin embargo, se iba posponiendo gobierno a gobierno.

La situación económica granadina empeora en las dos primeras décadas del XX , las peticiones respecto al tabaco seguían desoyéndose, aumenta así la plantación ilegal de éste a lo largo de toda la provincia. Por fín, y bajo una estricta regulación , a partir de 1917 el Estado autoriza su cultivo.

A partir de 1924 el tabaco empieza a cultivarse oficialmente en Granada, extendiéndose rápidamente por toda la zona de la Vega como la labor más rentable para el agricultor, sustituyendo a otras plantaciones y configurándose en poco tiempo como el sustituto de los que había significado años atrás, primero el cáñamo y después la remolacha y formando con estos dos cultivos la tríada de ciclos económicos que con más fuerza han caracterizado la Historia Económica de la Vega.

Deshojando tabaco

Identificado con el tipo de estructura social y de propiedad de la Vega basada, sobre todo, en las pequeñas explotaciones familiares, el tabaco pronto adquiere un componente de arraigo familiar que favorece su extensión por todos los municipios de la comarcal El paisaje empieza a salpicarse de secaderos como identidad entre cultivo y construcción, reflejo de la riqueza del momento y se produce en la Vega un aumento de densidad de población considerable.

En esa primera cosecha histórica, la de 1923-1924, Ambroz produce algo más de mil filos, Belicena dos mil quinientos y Purchil casi siete mil quinientos filos de tabaco negro de la variedad Valencia. Al ser un fruto de rotación el tabaco ofrecía por sí mismo una gran ventaja , su cultivo va aumentando progresivamente en detrimento de otros como el lino, cáñamo , remolacha y cereales, aprovechando las ventajas de una vega muy fértil y con un sistemas de riego bastante notable.

Los años 30 y 40 marcan el despegue y consolidación del tabaco en Granada en los municipios de la Vega. Granada se convierte en la primera productora del país con cuotas que alcanzaron hasta el 60% de la producción nacional. Granada se articula en torno al tabaco, éste es rentable incluso con la gran inversión en mano de obra que conlleva su producción. Este privilegio de la Vega granadina se mantiene hasta bien entrada la década de los años 50.

Pero, poco a poco, vamos perdiendo el protagonismo; las mejores calidades y rendimientos que ofrecían otras zonas del país hace que a partir de los años 50 el porcentaje antes tan elevado se mantenga ahora en un 20%. En 1963 aparece un nuevo problema hasta esa fecha desconocido, el moho azul, que provoca una enfermedad reconocida como endémica de la Vega granadina. Se realizan ensayos para encontrar variedades resistentes, se introducen nuevas variedades como la Hicks de procedencia australiana e incluso a mediados de los 70 aparecen autorizadas nuevas variedades de Burley para la Vega de Granada. Estos factores, el cambio de costumbres, los adelantos....marcan poco a poco el final de una de las etapas económicas más florecientes.

Se conservan en el Archivo Municipal de Vegas del Genil, escritos del Area Provincial del Servicio Nacional de Cultivo y Fermentación del Tabaco, con los concesionarios autorizados en los distintos municipios de la provincia para la venta de plantas de tabaco durante las 3 campañas comprendidas entre 1972 y 1976. Vemos como Belicena contaba con 3 concesionarios autorizados, Purchil con 6 y Ambroz con uno. En la última campaña cada una de las barriadas cuenta con 4 concesionarios. Contrasta con otros municipio como Ogíjares y Cúllar que en la campaña 74-75 cuentan con un solo concesionario cada uno.

Firmados por Don Enrique Alcaraz, Jefe Provincial en aquella época de dicho Servicio, se marcan las fechas de arranque, destrucción de semilleros, la prohibición de venta de semilleros particulares no autorizados y el precio que han de alcanzar las ventas.

El tabaco, debe ser considerado como algo mucho más trascendental que un simple producto agrario, influyó en la forma de vida de Granada durante muchos años. Aún hoy se puede disfrutar el verdor de sus plantas, si bien su presencia evocan tiempos mejores ya pasados. El cambio de vida, con sus ventajas y desventajas afecta al presente y futuro del tabaco; su presencia ha ido disminuyendo progresivamente en nuestros campos; los secaderos podrían quedar como mera reliquia de un esplendor que dinamizó Granada, que rehabilitó su economía, al igual que en su momento lo hicieron el cáñamo y la remolacha.

(Autora: Nuria Moreno Ruiz. Archivera Municipal y Coordinadora de la Biblioteca Pública de Vegas del Genil)

BIBLIOGRAFIA

EL TABACO en Ideal “Historia Económica de Granada”/ Luis González Ruiz, profesor asociado de Historia Económica de la Universidad de Granada.

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