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Indalo

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El Indalo es una figura de origen ancestral que se encuentra en la Cueva de los Letreros, situada en la falda del Maimón, en el municipio de Vélez-Blanco (Almería). Se trata de una pintura rupestre del Neolítico tardío o Edad del Cobre. Representa a una figura humana con los brazos extendidos y un arco sobre sus manos, si bien su significado no ha sido aún esclarecido de forma definitiva existiendo también varias teorías que apuntan a cierta divinidad en el dibujo.

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La Cueva de los Letreros y más concretamente el Indalo, fueron descubiertos hacia 1868 por el almeriense Antonio Góngora y Martínez. Dicha cueva, que da cobijo al Indalo, fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1924 y posteriormente Patrimonio de la Humanidad.

Durante siglos, antes de la catalogación del Indalo por parte de los estudiosos, fue símbolo de buena suerte y considerado un tótem en el norte y levante de la provincia de Almería, especialmente en Mojácar, donde lo pintaban con almagre para proteger las casas de las tormentas y el mal de ojo. Se le llamaba el "muñequillo mojaquero".

A mediados del siglo XX fue tomado como símbolo y bandera de un movimiento intelectual y pictórico encabezado por Jesús de Perceval, discípulo un poco anarco de la visión mediterránea del filósofo Eugenio d'Ors. Por su parte, Perceval reivindicaba la postura vital, la cosmovisión de lo almeriense y la esencialidad de las culturas anteriores desde la antigüedad, en un renacer constante del clasicismo considerado como movimiento eterno que se renueva cíclicamente.

Tan fuerte fue el simbolismo del Indalo para esos artistas e intelectuales que pusieron a su grupo el nombre de movimiento indaliano. Los indalianos veían en su enseña un hombre ancestral sosteniendo un arcoiris y simbolizando un pacto entre el hombre y los dioses para evitar futuros diluvios. El estudio del dibujo muestra que la figura no representa otra cosa que un arquero apuntando hacia el ave que vuela sobre él. La palabra Indalo podría tener su origen en la lengua de los íberos: indal eccius, mensajero de los dioses sin embargo es más reconocido el origen del nombre en homenaje al patrón de la ciudad de Almería, San Indalecio.

El dibujo que da forma al Indalo se puede encontrar no sólo en muchos de los abrigos de la Comarca de los Vélez, sino que además, hay constancia de figuras muy similares fuera de la geografía española. Un famoso ejemplo es el dibujo situado en el Templo de Ramses II en Abydos.

En las últimas décadas, el Indalo se ha convertido en el símbolo más representativo de Almería y lo almeriense.

El Indalo es una figura de origen ancestral que se encuentra en la Cueva de los Letreros, situada en la falda del Maimón, en el municipio de Vélez-Blanco (Almería, España). Se trata de una pintura rupestre del Neolítico tardío o Edad del Cobre. Representa a una figura humana con los brazos extendidos y un arco sobre sus manos, si bien su significado no ha sido aún esclarecido de forma definitiva existiendo también varias teorías que apuntan a cierta divinidad en el dibujo.


El Indalo en el 'abrigo de las Colmenas'

'Mensajero de los dioses'.La Cueva de los Letreros y más concretamente el Indalo, fueron descubiertos hacia 1868 por el almeriense Antonio Góngora y Martínez. Dicha cueva, que da cobijo al Indalo, fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1924 y posteriormente Patrimonio de la Humanidad.

Durante siglos, antes de la catalogación del Indalo por parte de los estudiosos, fue símbolo de buena suerte y considerado un tótem en el norte y levante de la provincia de Almería, especialmente en Mojácar, donde lo pintaban con almagre para proteger las casas de las tormentas y el mal de ojo. Se le llamaba el "muñequillo mojaquero".

A mediados del siglo XX fue tomado como símbolo y bandera de un movimiento intelectual y pictórico encabezado por Jesús de Perceval, discípulo un poco anarco de la visión (véase noucentista) mediterránea del filósofo Eugenio d'Ors. Por su parte, Perceval reivindicaba la postura vital, la cosmovisión de lo almeriense y la esencialidad de las culturas anteriores desde la antigüedad, en un renacer constante del clasicismo considerado como movimiento eterno que se renueva cíclicamente.

Tan fuerte fue el simbolismo del Indalo para esos artistas e intelectuales que pusieron a su grupo el nombre de movimiento indaliano. Los indalianos veían en su enseña un hombre ancestral sosteniendo un arcoiris y simbolizando un pacto entre el hombre y los dioses para evitar futuros diluvios. El estudio del dibujo muestra que la figura no representa otra cosa que un arquero apuntando hacia el ave que vuela sobre él. La palabra Indalo podría tener su origen en la lengua de los íberos: indal eccius, mensajero de los dioses sin embargo es más reconocido el origen del nombre en homenaje al patrón de la ciudad de Almería, San Indalecio.

El dibujo que da forma al Indalo se puede encontrar no sólo en muchos de los abrigos de la Comarca de los Vélez, sino que además, hay constancia de figuras muy similares fuera de la geografía española. Un famoso ejemplo es el dibujo situado en el Templo de Ramses II en Abydos.

Fuentes


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