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Benínar

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El Pantano de Benínar. Debajo de estas aguas se encontraba el pueblo de Benínar

El pueblo de Benínar está situado en la provincia de Almería bajo las aguas del Pantano de Benínar. Del antiguo pueblo solamente han quedado en pie su pedanía, Hirmes, y algunos cortijos, como los de la Veguilla de Cintas. Administrativamente depende ahora del Ayuntamiento de Berja.

Benínar estaba situado sobre una ladera, en el valle del río Grande de Adra, entre Sierra Nevada, la Sierra de Gádor y la Sierra de Cintas. Su orografia es muy abrupta, combinando en su tiempo una fértil vega con amplias zonas de pastos comunales.

Antes de su integración en Berja, limitaba con los términos municipales de Turón, Darrícal y la propia Berja.


Contenido

Origen etimológico

La palabra Benínar es muy sugerente[1], ya que procede de la castellanización de la expresión del árabe clásico:

"Hijo del fuego"

En el árabe clásico, hijo del fuego se pronuncia:

"Ibn-annaar"

donde "Ibn" (se lee "iben", con una e breve) significa "hijo"; mientras que "annaar" significa "el fuego" cuando está aislada y "del fuego" cuando está junto a "Ibn".

En letras arábigas se escribe de la siguiente forma:

Beninar en arabe.jpg

¿Pero cómo se pasa de Ibn-annaar a Benínar?

Cuando "Ibn" (que es singular) se asocia a una comunidad de personas del tipo clan, tribu, patria, se convierte en plural, siendo ahora "Banou" (se pronuncia "benu"), "Abnaa" (se pronuncia "benna") o "Bani" (se pronuncia "Beni") Por ejemplo las personas de Málaga (los malagueños) en árabe se llamarían "Beni-málaga".

    • Si "Ibn", hijo, se asocia a una relación familiar, el plural que representa a los descendientes de esa familia se escribe castellanizado "Ben", sin la "i" o "Aben". Por ejemplo, en la revolución de los moriscos, el marqués Don Fernando de Válor, perteneciente a la familia de los "Omeyas" o "Humeyas", se nombra "Aben-Humeya".
    • Si "Ibn", hijo, se asocia a un término que no es referente a un clan o a una relación familiar se comporta como en el caso de los clanes o tribus, pero con la particularidad de que en muchos ocasiones aparece una discordancia en el género. Es el caso de la expresión "Hijo del fuego", que es correcta en árabe clásico y en español; pero la expresión "Hijos del fuego" es malsonante en el árabe clásico (asocia un plural, hijos, a una singularidad, fuego), aunque es correcto en el español y en el árabe andalusí.

En aquellos tiempos, los moriscos no hablaban el árabe clásico, sino un dialecto andalusí, en el que el término "Ibn", singular, en plural es "Beni", pero sin importar nada asociarlo a una singularidad como "annaar" (el fuego). Es decir, los habitantes de Benínar y su pueblo, se pronunciaba así: "Beni-annaar" con el acento en la última "a". No importaba, por tanto, la discordancia, ya que un árabe de Arabia diría necesariamente "Ibn-annaar" (Hijo del fuego), mientras que el morisco preferiría decir "Beni-annaar" (Hijos del fuego)

La castellanización final se llevó a cabo transformando estructuras sonoras dífíciles de pronunciar, en otras más suaves y mejor adaptadas al oido castellano:

    • El sonido "nn" sonoro entre vocales se transforma en un sonido más sordo de una sola "n", y pasando la estructura "an" a desaperecer y pronunciarse solamente la "i" precedente.
    • La "a" larga, que hemos representado por "aa" pasa a la "a" corta del castellano, ya que el sonido largo no es habitual en nuestro idioma.
    • El acento agudo, en la sílaba "ar" pasa a ser llano en la nueva "i" generada.


El resultado es el que ya conocemos: Benínar, más fácil de pronunciar y más suave al oido.

Historia

Prehistoria e Historia Antigua

Los yacimientos arqueológicos más antiguos hasta ahora encontrados son de finales del Neolítico, de la Edad del Cobre, de hace 5.000 años, nos encontramos:

-Asentamiento del Tajo de Cantamudos. Se encontró una estructura de planta circular de 17,5 metros de diámetro rodeado de un muro de piedra de 1,5 metros de espesor. Se encontraron restos de cerámica.

-Asentamiento del Cerrillo de la Gobernadora. Se piensa que fue un asentamiento temporal. Se encontraron fragmentos de cerámica (platos, ollas).

-Cerrillo de la Hoya Cuenca. Se encontró un taller de fabricación de brazaletes en filitas, hojas de sílex, un hacha pulimentada de mármol blanco y diversos trozos de cerámica.

En 1831 Juan Martín, propietario de los terrenos donde está la Cueva de los Murciélagos, se adentró en ella y vió la gran cantidad de guano acumulado en el transcurso de los siglos por los murciélagos que en ella habitaban, este lo usó para abonar sus campos[2]. En 1857 se encontró una muestra de plomo en la cueva, se pensó que había más (en parte debido a la codicia y a la fiebre minera que se daba en esos años en toda la comarca), se formó una compañía minera y se dispuso todo para empezar a explotar la cueva. Al despejar la entrada interior de unos peñascos que la obstruían se divisó una sala en la que yacían tres esqueletos recostados, uno de los cuales ceñía una diadema de oro en el cráneo. Más adelante encontraron doce esqueletos colocados en semicírculo alrededor de un esqueleto de mujer, muy bien conservado y vestido con una túnica de piel abierta por el costado izquierdo y, sujeta por medio de correas enlazadas; también mostraba un collar de esparto, de cuyos anillos pendían caracolas de mar, exceptuando el anillo del centro que ostentaba un colmillo de jabalí labrado por un extremo. El esqueleto de la diadema vestía corta túnica de finísima tela de esparto, también los otros, aunque algo más toscas. Llevaban gorros de esparto doblados en su cono, de forma semiesférica. El calzado también era de esparto, muy bien labrado.

Había junto a los esqueletos cuchillos de esquisto, instrumentos y hachas de piedra, cuchillos y flechas con punta de pedernal pegadas a palos con betún, bolsas de esparto con cortantes armas de guijarro, vasijas de barro adornadas con filas de agujeros o con líneas perpendiculares, unas cocidas al sol y otras al fuego, un gran pedazo de piel gruesa, cuchillos y punzones de hueso y cucharas de madera trabajadas a piedra y fuego con el cazo ancho y prolongado, mango corto y con un agujero para llevarlas colgadas.

Cincuenta cadáveres se encontraron en toda la cueva, todos con sus calzados y trajes de esparto y armas de piedra. También se encontraron unas bolsas de esparto, unas llenas de tierra negra que en su origen serian alimentos, carbonizados por el paso del tiempo, otras, más pequeñas con mechones de pelo, flores, semillas de adormideras o conchas marinas.

Vivían en la edad de piedra, el único metal que conocían era el oro (al presentarse como pepitas y en estado puro), no conocieron ni el cobre, bronce o hierro, usaban armas y herramientas de piedra o hueso. Tenían vasijas de barro de varias hechuras y toscamente labradas, en forma oblonga, con un escaso reborde en el asiento; ligeramente cóncavas y prolongadas, con borde liso o pequeña vuelta en la parte superior; con asas poco salientes o sin ellas y adornos muy sencillos.

Sabían curtir las pieles, pero se vestían, calzaban y cubrían con trajes y esparteñas de esparto finamente trabajado, usaban tintes rojos y verdes para teñirlos.

Con la llegada de los Fenicios a las costas de Adra empezó el comercio con otros pueblos, el alpujarreño se hizo minero para comerciar con los nuevos visitantes, prueba de ello es la tablilla de plomo encontrada en una antigua mina de Berja con más de dos mil años de antigüedad.

Después hay un vacío en el tiempo, hasta llegar a los romanos (siglo I d.C.), se encontró un fragmento de cerámica Terra Sigillata Hispánica en El Llano que, posiblemente por ella pasaba una cañada real que comunicaba los pastos del Campo de Dalías con Sierra Nevada. De la misma época es también el camino romano que al pasar por Peñarrodada ascendía a la Sierra de Cintas por el Cortijuelo y atravesaba El Llano.

Edad Media

Sobre la edad media en Benínar hay pocos documentos, pero todo hace pensar que es cuando se forma el pueblo tal como lo entendemos ahora. Los benineros de aquella época eran musulmanes y se dedicaban a la agricultura y la cría del gusano de seda.

Benínar musulmana

Durante el Reino Nazarita de Granada (las actuales Granada, Málaga y Almería), y posteriormente en la época de los moriscos, la Alpujarra llegó a ser el principal centro mundial de producción de seda, de una calidad excepcional[3]. Se llegó a invertir el sentido de la Ruta de la Seda, que ahora empezaba en la Alpujarra y llegaba a las principales ciudades de oriente. Los grupos económicos venecianos tuvieron en Granada importantes sucursales precisamente al amparo de una floreciente industria que colocaba sus productos con facilidad en los reinos vecinos. La seda fue en su momento de importancia equivalente a la uva del barco en tiempos recientes.

La riqueza de un pueblo alpujarreño, como el de Benínar, se medía entonces por la cantidad de moreras de sus campos y la seda que se producía.

En aquella época, el edificio más importante y noble era la mezquita, que tras la Reconquista pasaría a ser iglesia cristiana.

Edad Moderna

La Reconquista

El 2 de enero de 1492, tras un pacto, las tropas mandadas por los Reyes Católicos entraban en Granada y completaban la Reconquista[4].

En las Capitulaciones de Granada se acordó que la Alpujarra seguiría perteneciendo al último rey nazarí, Boabdil. Éste abandonó la Alhambra y se fue a vivir a la Alpujarra almeriense, a Codba (hoy en día Fuente Victoria), un año más tarde, en 1493, vendió sus posesiones al rey Fernando por 21.000 castellanos de oro y junto a su corte se fue al norte de África. Así, durante un año Benínar siguió siendo mora.

Los moriscos

Al princípio la vida poco les cambió a los moriscos de Benínar, los antiguos musulmanes convertidos al cristianismo. Seguían pagando los mismos impuestos, labraban y cultivaban sus tierras y sacaban el dinero extra de la seda. Se cambiaron los nombres por cristianos, se bautizaron y a la mezquita le pusieron un par de cruces para llamarla iglesia, pero sus oraciones seguían dirigiéndose a la Meca y a sus salvadores los turcos. Pero pasaban los años y poco a poco todo fue cambiando.

La justicia la impartía el gobernador de la Alhambra y las escrituras y documentos oficiales se hacían allí también, lo que suponía un gran inconveniente dado que había que viajar a Granada y, pocos podían asumir los costes y el tiempo perdido en el viaje. Un ejemplo de esto lo tenemos en un documento de 1550 que es la escritura de venta hecha por Juan de la Rambla, vecino de Turón, a favor de Diego de Guzmán, vecino de “Meninar”, de una haza en su término. Años más tarde se envió un escribano a Darrícal.

Con la salida de Boabdil muchos se fueron con él, la mayoría familias ricas. Los moriscos día a día veían cómo se iba perdiendo su identidad cultural, cómo les era impuesta una religión que ellos no querían, cómo les subían los impuestos de la seda, cómo les prohibían su lengua y vestimenta y mil cosas más. Con las incursiones de los turcos muchos moriscos se unían a ellos, dejaban sus casas y tierras y partían al norte de África. Como castigo sus posesiones pasaban a la corona que las vendía y, si volvían se les condenaba a muerte. Ejemplo de esto es el documento de 1566 sobre “la venta y remate de los bienes secuestrados a García de Guzmán el Gongi, vecino de Menínar, por haber huido a berbería” o a “Luis de Baeza, vecino de Alcaudique, con tierras en Benínar”, por el mismo motivo.

La guerra de Las Alpujarras

Poco a poco la situación fue degradándose, muchas sublevaciones hubo en la Alpujarra que, se solucionaron con el diálogo y promesas que nunca se cumplían, así, se llegó a la última, la de 1568. En Benínar no pasó nada, estaban como siempre, los hombres, como Luis Lucharri, cultivando sus tierras y las mujeres con la seda cuando llegó un monfí a caballo voceando la liberación del yugo cristiano y proclamando que había empezado la sublevación definitiva que les daría de nuevo la independencia. Unos a otros se tuvieron que mirar incrédulos, temerosos de sus vidas y haciendas. Allí no había cristianos, los más cercanos estaban en Turón y Berja y, lo más seguro es que estuviesen siendo degollados a esas horas. ¿Qué podían hacer los habitantes de Benínar?. Nada, sólo esperar. En la mañana del 30 de junio de 1569 el centinela apostado en el Cejor dio la voz de alarma, un ejército cristiano al mando del Marqués de los Vélez subía por el río, todo el mundo cogió lo que pudo y corrió al campo a esconderse. Allí pernoctó el ejército cristiano esa noche, a las 8 de la mañana saquearon, arrasaron el pueblo y continuaron viaje a Darrícal. Había empezado el comienzo del fin.

Edad Contemporánea

Benínar según los viajeros del siglo XIX

Durante el siglo XIX las historias románticas sobre la reconquista y sublevación de los moriscos dotaron a la Alpujarra de una aureola mística, de un embrujo que atrajo en un principio a viajeros extranjeros y después nacionales. Pocos dejaron constancia escrita de sus viajes y menos de su paso por Benínar.

Charles Didier en su “Viaje a la Alpujarra de 1836” nos muestra un Benínar atrasado y bárbaro. Seguramente, su visión parcial fue reforzada por la necesidad de cargar las tintas con el único objetivo de cautivar a sus posibles lectores e incrementar las ventas.

En 1880 Antonio Rubio en su libro “Del mar al cielo, crónica de un viaje a Sierra Nevada” relata el viaje de unos amigos desde Almería capital hasta el Mulhacén, de su paso por Benínar. En este caso, Benínar es visto desde un punto de vista geográfico. En el libro se dice, en boca del Secretario del Ayuntamiento:

"Benínar, este es un lugar de la provincia de Almería, de la que dista 11 leguas y, corresponde al partido judicial de Berja. Tiene 1160 habitantes distribuidos en unas 180 casas, con inclusión de las 45 que se hallan en la inmediata cortijada de Irmes. Su término confina por el N. con Darrícal, al E. con Berja, al S. con Turón y al O. con Murtas. El terreno es montuoso y poco productivo, excepto la pequeña vega, que se halla a las márgenes del rio, que por aquí se llama de Benínar, y que es el mismo que naciendo a las faldas del cerro Montaire, recibe varios afluentes como el de Paterna, Ugíjar, Lucainena y Chico, algunas ramblas importantes como las de Turón, Irmes y Urbina, y numerosos barrancos, que en la época de las lluvias hacen muy difícil el tránsito entre los pueblos ribereños. Ese río es el mismo que atraviesa más tarde el término de Berja y desagua en el Mediterráneo por el oriente de Adra después de recorrer unos 50 kilómetros. Las producciones de Benínar son: algunos cereales, almendras, frutas y un poco seda. Tiene una regular iglesia dedicada a San Roque, que es el patrón del pueblo, y dos escuelas. Esta población fundada por los árabes, era una de las que comprendía la tahá de Berja. Sufrió luego en la guerra de los moriscos frecuentes devastaciones hasta quedar completamente destruida. En 1579 se mandó repoblar y, separándose de Berja, se unió con Darrícal y Lucainena, formando un solo Concejo que, celebraba sus sesiones en el primero de dichos pueblos. En 1836 se constituyó su ayuntamiento y desde entonces somos aquí libres, felices e independientes."

Otros autores (más conocidos) como el famoso Pedro Antonio de Alarcón, en su obra "La Alpujarra : sesenta leguas a caballo precedidas de seis en diligencia" ni siquiera lo menta en la relación de pueblos de la Alpujarra.


La gripe de 1918

A nivel mundial, de 50 a 100 millones de muertos, un 2,5% de la población mundial pereció y el 20% la padeció. Con un índice de contagio del 50% atacaba más duramente a las personas jóvenes, las famílias se quedaban sin hijos, se les encharcaban los pulmones y morían ahogados.

Los periódicos españoles informaban a diario del estado de la enfermedad a diferencia de los extranjeros que eran censurados al estar en guerra sus paises, por esto se la llamó "La gripe española".

La medicina de aquella época no podía hacer nada, la impotencia de los médicos era absoluta. Nuestro más insigne beninero, Eugenio Sánchez Quero dio su vida en Ugíjar al cuidar a sus pacientes contagiados, obra que nos llena de admiración porque otros abandonaban sus puestos por temor al contagio.

¿Qué pasó en Benínar? Estas palabras de P.M.R. lo dicen todo: "En aquel año fueron tantos los muertos, que se tomó la determinación de no tocar la campana - tocar a duelo, forma distinta de hacer sonar la campana - de la iglesia, puesto que, los que estaban afectados, entraban en fase depresiva cada vez que la escuchaban".


El pantano

Durante la dictadura de Primo de Rivera, en los años 20 del siglo XX, se realizó un censo de posibles ubicaciones de pantanos. En aquel censo ya estaba recogido el futuro Pantano de Benínar: Un valle suficientemente ancho y profundo, que terminaba en una cerrada y por el cual transcurría el único río con aguas permanentes de la provincia de Almería...

Durante años, se hicieron sondeos geológicos y en el pueblo de Benínar primero se vió aquello con excepcismo, pero con el inicio de las obras en los años 70, la amargura se extendió por la población. En 1983 se inició el llenado, la destrucción del pueblo con maquinaria pesada y el abandono definitivo de los benineros, que desde entonces están desperdigados por toda la geografía española.

Las casas están destruidas, pero los benineros siguen adelante manteniendo su identidad. Benínar sigue vivo.


La puntilla: La riada de 1973

El golpe más duro que se sumó a la construcción del pantano fue la riada del año 1973, que destruyó toda la vega y en la cercana localidad de la Rábita segó la vida de más de un centenar de personas. Fue la lluvia más intensa jamás registrada en España: más de 800 litros por metro cuadrado en tan solo unas horas.

Geografía

Clima

Benínar tiene clima Mediterráneo, con temperaturas medias suaves, veranos calurosos e inviernos algo frescos. La presencia de la nieve no es habitual en Benínar, pero en cambio se observa desde el pueblo la que cae abundantemente en Sierra Nevada. La precipitación media oscila entre 300 y 400 litros por metro cuadrado, aunque se alternan años muy secos con otros más lluviosos. También se caracteriza porque a veces se producen lluvias torrenciales que provocan riadas. La última riada de 1973 arrasó toda la vega de Benínar, y en la localidad cercana de La Rábita (Granada), junto a la rambla de Albuñol, provocó numerosos muertos.

Demografía

No se dispone de información anterior a la rebelión de los moriscos. A partir de esta fecha, hasta el último censo realizado antes de la desaparición del pueblo, es la que se muestra en la tabla siguiente

Vecinos y habitantes de Benínar
Año 1574 1594 1621 1752 1842 1860 1877 1887 1897 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970
Vecinos 10 4 9 - - - - - - - - - - - - - -
Habitantes 40 16 36 212 538 1093 1195 1065 965 984 930 960 953 800 666 599 594


Los tres primeros datos son referidos a vecinos (cabezas de familia), calculándose los habitantes aproximados tan solo multiplicando por cuatro. Los datos tabulados generan la siguiente gráfica:

Evolución de la población de Benínar


Se aprecia que tras unos principios inciertos, Benínar sufre un crecimiento explosivo durante los siglos XVIII y XIX, alcanzando una población relativamente numerosa superior a los 1000 habitantes. Pero ya en el ocaso del siglo XIX y en los albores del XX se inicia el hundimiento de su población que finaliza con el éxodo masivo debido a la construcción del pantano.

Fiestas y costumbres populares

Fiestas patronales de San Roque y la Virgen del Carmen

Estas fiestas se realizan los días 15, 16 y 17 de agosto y más que ningunas otras fiestas de otras poblaciones, representan el reencuentro: El reencuentro entre las personas, el reencuentro con los lugares. El reencuentro es especial para los benineros porque son un pueblo en diáspora, un pueblo arrancado de su tierra y que vive repartido por lugares cercanos y lejanos.

El video recoge en imágenes la alegría, la luz que muestran las caras de los benineros cuando se vuelven a ver ¿Hay tristeza en ellas? No. Esa es la prueba que se aprecia en sus fiestas patronales. Benínar existe y vive.

Moros y Cristianos

Semana Santa

Corpus Christi

La custodia, bajo palio portado por las autoridades recorría, las calles del pueblo que marcaban ese día los altares preparados para tal fin. Todas las procesiones en el pueblo tenían un recorrido determinado, menos aquella, que el recorrido lo marcaban los altares que se preparaban en cada calle.

Creo que esta fiesta sería una de las más antiguas del pueblo por dos motivos: Nuestra siempre dependencia de Granada y el origen castellano de sus habitantes. Donde se colocaba un altar, el suelo de alrededor se llenaba de plantas aromáticas, que al pisarlas desprendían un olor, que ese día – además de brillar más que el sol – era inconfundible. El olor y como brillaba el día, era lo que a los Beninaros los llenaba de una energía especial.

Otro detalle de ese día era el último día en que los niños y niñas podían lucir su traje de primera comunión. Aquellos niños, donde en su cara - por las pelusillas de su bigote y de las patillas – y en su voz se notaba que empezaba para ellos otra nueva etapa, aquel día para ellos y de sus familiares era también especial.

La noche de San Juan

La noche de San Juan se vivía en Benínar de una manera algo diferente a otros lugares.

La noche de San Juan es la noche del 23 de junio y coincide aproximadamente con el solsticio de verano. En el solsticio de verano, la noche es la más corta del año y el día, por tanto, el más largo; el sol, en el arco que recorre diariamente, llega a lo más alto y se considera que ha llegado ya el verano.

En la noche de San Juan, se entremezclan la tradición pagana con la tradición cristiana. En la mayor parte de los sitios en que se celebra, la noche de San Juan se asocia al fuego que representa la fecundidad de los campos y la purificación. Por ello se suelen hacer hogueras alrededor de las cuales cantan y bailan los jóvenes.

En cambio, en Benínar la noche de San Juan estaba asociada al agua. En un lugar seco, el agua es el símbolo de la fecundidad. Además, es también, como la tradición cristiana indica, el símbolo de la purificación, el bautismo.

El puente de Benínar era el lugar de reunión de los jóvenes, el escenario donde se hablaba, se hacían amistades. En la noche de San Juan, desde el puente se bajaba al río para lavarse la cara con agua. Era una oportunidad para entablar relaciones, la noche en que se permitía a los jóvenes pasear de noche y llegar tarde a casa.

Procesión en honor de la Virgen del Carmen(Hirmes)

En la pedanía de Hirmes, todos los años se celebra una procesión en honor a la Virgen del Carmen. La sencillez y el fervor son los que dan belleza a este acto. El video que se muestra es la celebración del año 2008.

Las Pascuas y Año Nuevo

La matanza

Fuentes de Riqueza

Agricultura

La agricultura en Benínar fué de vital importancia para el desarrollo economico-social de las gentes que lo habitaron. Las crisis producidas en el campo repercutían rápidamente de forma fatal sobre las actividades diarias del pueblo. La historia demuestra que en las distintas ocasiones que la agricultura estuvo en decadencia o hubo alguna crisis en el sector, se produjo mucha emigración hacia las Américas o hacia Barcelona.

La agricultura en Benínar fué la base principal de la alimentación humana.

El suelo agrícola

En Benínar había una estructura suelta y de espesor variable, según el paraje y los distintos procesos físico-quimicos y biológicos que lo habian hecho apto para el desarrollo de las plantas. El suelo agrícola es la parte del terreno removida por los distintos aparatos de labranza y es el almacén de parte de los alimentos. Su color es generalmente del color del horizonte, o de la mezcla de los distintos horizontes (Según el lodo arrastrado de los montes). El agua fue de vital importancia en la formación del suelo, los arrastres del Río Verde, de la Rambla de Murtas, Turón, Rambla Carlanca, y de Abarcar, contribuyeron a ello. La construcción de pequeños pantanos y las aguas turbias rellenaron la Vega de Benínar.

El riego. Las acequias

Hay que destacar la gran importancia del riego en la Vega de Benínar, mediante conducciones de piedra y barro obtenido de los mismos arrastres. Las acequias mas importantes en Benínar fueron la Acequia Real o Acequia de la Vega, que tenía un recorrido de unos cinco kilometros y cuya presa la tenía en el Molino de la Torrecilla, cerca del pueblo de Darrícal, con una derivación a su paso por Las Quintillas, y el Molino de Perejil. Regaba el Pago de las Luisas, siendo utilizado como fuerza motriz del molino.

La Acequia del Colón: tenía su presa en la Fuente Loro, y regaba el Pago del Colón que llegaba hasta la Cuesta de la Vigueta.

La Acequia del Molino del Puente, y del Pago del Lugar, que tenía su presa en Las Mojadillas y recorría un trozo bajo galería. En un accidente, hizo morir al dueño del molino en 1936, el 7 de julio. Siguiendo su recorrido por el molino, llegaba a regar la Vega del Lugar alrededor del pueblo, El Barranquillo y parte baja de Las Cebadillas.

La Acequia de los Arenales, que tenia su presa frente al Barranco el Capitán y regaba la ultima vega que se formó en Benínar, todas en el lado izquierdo del río.

La Acequia del Molino Hondero, que se encontraba en los Tajos del Cejor, regaba una pequeña vega, aguas abajo.

Por el lado derecho se encontraba la Acequia del Rincón Interior con poco recorrido, y la Acequia del Rincón de Abajo, que regaba el mísmo, y el Haza del Limón hasta llegar al Molino las Tres Piedras, para coger la Acequia del Pago La Rambla que llegaba hasta la Fuentecilla de la Virgen.

Por último, la Acequia de La Mecila regaba dicha vega y daba agua al Molino de la Mecila.

Formas de riego

El hortelano de Benínar, por su experiencia, sabía la forma en que cada parata, o cada bancal, se tenía que regar, más que nada por las condiciones del suelo: Arcillosos , arenosos, limazo, etc. Por ello se hacía a manta, en caballones horizontales, en espiga, siempre teniendo en cuenta el cultivo que habia plantado.

Abonos y fertilizantes

En Benínar los abonos quimicos no tenían gran importancia. Sólo se utilizaban en sementeras, y como complemento de alguna deficiencia. Los más utilizados eran el sulfato amónico, los fosfatos y la potasa. Todo debido a la gran producción de estiércoles de origen animal.

Los abonos orgánicos son cualquier sustancia de origen orgánico (animal o vegetal) que aumente la fertilidad, como el estiércol y restos vegetales. En Benínar, el estiércol procedía de las cuadras. Variaba según la especie de animal que se orinaba en el corral y en la especie de alimentos que éste comia. También se aprovechaba mediante el laboreo los restos vegetales: así cuando se iban a arrancar las habas, de alto contenido en nitrógeno, se enterraban y servían para la siembra del maiz.

El laboreo de las tierras

El laboreo (labrar) se realizaba para mullir, airear, facilitar la penetración del agua, profundizar el espesor del suelo, ponerlo a disposición de las plantas y procurar su mejor desarrollo. En tiempos muy antiguos, en Benínar, se hacían las labores a brazo, mediante azada, alcanzando una profundidad de unos 20 a 25cm. Para cultivar una hectárea hacian falta unas 60 jornadas de una persona experimentada. Estas cabas casi siempre se hacían en paratas, y en zonas donde se iban a plantar huertos familiares. En bancales de gran extensión se hacia mediante yuntas, y los artilugios: ubio, timón, el arado de palo usado especiamente en secano, o la vertedera en tierras de vega, guiadas por una mancera. Para hacer el laboreo perfecto se regaba a manto en la vega, y después de unas lluvias en el secano.

La tierra tenía que estar en perfectas condiciones para proceder a su labranza. Ésta se determinaba por medio de una azada clavándola en la tierra. Si la tierra estaba dura, se decia que se "habia pasado el jugo"; si la azada sacaba tierra pegada que "estaba pesada". En el término medio estaba su punto.

La labor se hacía con tiempo normal, ya que con el tiempo lluvioso perjudicaba el proceso. La labor en primavera era la mejor; se hacia cada vez que se sembraba.

La siembra se hacia "a voleo", antes de la labranza, cuando se trataba de la siembra de trigo, cebada o maiz.

Daños producidos por la climatología

El mayor temor de los hortelanos de Benínar, era el granizo, y mas aún, cuando las plantas estaban completamente desarrolladas: no había tiempo para su recuperación. Las lluvias casi siempre eran beneficiosas, salvo cuando las cosechas estaban en gavillas o en la era para su trilla.

Alternancia de cosechas

Los sabios hortelanos de Benínar sabían de lo importante de la alternancia o rotación de las plantas y de la mejora en el rendimiento de las mismas, debido al cansancio de las plantas y de la intoxicación de los humores que las raíces dejan en la tierra cuando está saturada, que provoca la desgana de las plantas. Por ello se recurría al metodo de rotación. Cada planta tiene unas exigencias de cultivo propias para su maxima producción. Los distintos abonados y laboredos más o menos profundos contribuyen a ello.

Las plantas herbáceas

Tenían en la agricultura de Benínar una gran importancia. El trigo, la cebada y el maiz, aseguraban la alimentación humana,y animal de todo el año. Entre los años 1939 al 1956 hubo numerosas plantaciones de maiz, dada la escasez de alimentos de la postguerra, ya que el maiz es de un ciclo corto: ciento cinco dias desde su siembra hasta la recolección. El cabo o la espiga servía para alimento de las bestias; la caña para picarla de cama en el corral; las zocas para la lumbre, dada la escasez de leña en aquella época (igualmente que el pabilo); la farfolla para relleno del colchón, por la escasez de lana. La siembra se hacia bien a golpe, o mediante surcos; luego se entresacaban las matas de exceso, y se aporcaban. Los granos de maiz podian ser de distintos colores. Las distancias entre plantas debia ser de 35 a 45cm. Su siembra se hacia en primavera.

Leguminosas

Las mas importantes eran las habas, por su utilidad en toda clase de alimentación, humana y animal. Despues de su recolección se enterraban para fortalecer el suelo, gracias a su contenido en nitrógeno. Se ponían también yeros y lentejas pero en muy pequeñas cantidades, sólo para uso famliar.

Las algarrobas

De poca importancia solo existian varios árboles de esta especie.

Las judías

Las judías se sembraban como complemento a otras hortalizas. Al final de la recolección se secaba el fruto que quedaba.

Los garbanzos

En pequeñas cantidades para uso domestico.

Los tubérculos

La patata era de gran importancia, junto con el maiz. Introducida en España en el siglo XVI, su siembra en Benínar dió fin a "la hambre". Su riqueza en almidones la hacen merecedora de importancia,y por su cantidad de usos variados.

Remolacha

De poca importancia, aunque por el 1850, se descubrió como importante por su alto contenido en azúcar.

Plantas textiles

En Benínar por los años 1960 se plantó algodón, pero con muy poco éxito.

El esparto

De gran utilidad y gran aporte en mano de obra.

Plantas aromáticas

Una de las plantas importantes por su estilo, su olor, su belleza. Eran puestas en casi todos los huertos de los alrededores de las casas de Benínar.

Horticultura

La hortaliza era merecedora de calificarla de gran importancia, para su consumo diario, familiar y de recursos. Los huertos de verano fueron fuente de ingresos: Ajos, cebollas, cardos, lechugas, coles, berenjenas, pimientos, tomates, melón. Se transportaban a las plazas de Berja, Dalías, Adra, Turón, y Murtas.

Árboles y frutales

El olivo: en Benínar hubo un olivo llamado el "Olivo de la Campana", el mas alto del pueblo. Las plantaciones en Benínar se hacían en paratas, orillones y ramblizos donde habia menos humedad, y en tierras pedrajosas. Las cantidades de fanegas que aportaban era según el volumen de los olivos y el medio de crianza, aunque normalmente la producción oscilaba entre 18 y 25 fanegas por hectárea. De vital importancia era la tala de las ramas verticales: la máxima productividad sse da en las ramas horizontales. Su tala era precisa para que la producción fuera todos los años.

Frutales de hueso

El albaricoque y el ciruelo eran de escasa importancia, sólo para uso familiar.

Frutales de pepita

Manzano, peral y membrillo, de escasa importancia, sólo para uso familiar.

Nísperos e higueras

La higuera de Benínar fue famosa y recorrió los mercados de la zona. Se decía "Benínar y con brevas". También había algunos nísperos.

Los cítricos

La naranja fue transcedental en la agricultura de Benínar. En las grandes hazas de la vega sus plantaciones fueron de naranjos.

El granado y la chumbera

No fueron relevantes.

La uva de mesa

De gran importancia en el siglo XIX y principios del XX. Tras la guerra civil la uva decayó para resurgir con fuerza en la decada de los 50 y 60. Se cultivaba principalmente para exportación y vulgarmente se denominaba "uva del barco".

Ganadería

Minería

Lugares de interés

Gastronomía

Véase también

Referencias

  1. Plaza de Benínar (2008). ¿Que significa la palabra Benínar? http://beninar.blogspot.com/2008/05/qu-significa-la-palabra-bennar.html
  2. Plaza de Benínar (2008). La prehistoria. http://beninar.blogspot.com/2008/06/la-prehistoria.html
  3. Plaza de Benínar (2008). La seda de la Alpujarra http://beninar.blogspot.com/2008/06/la-seda-de-la-alpujarra.html
  4. Plaza de Benínar (2008) Los moriscos de Benínar http://beninar.blogspot.com/2008/09/los-moriscos-de-bennar.html

Enlaces externos

Notas

Este artículo se surte fundamentalmente de información publicada en Plaza de Benínar, http://beninar.blogspot.com. Plaza de Benínar se surte a su vez de investigaciones propias de carácter científico-cultural, bien documentadas, con el fin de recuperar la memoria del pueblo de Benínar, así como de otras informaciones accesibles y que se ponen a disposición de los usuarios como contenido de dominio público.


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