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Francisco López-Cepero Ovelar

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Francisco López-Cepero Ovelar fue teniente de la Guardia Civil. Natural de Cazalla de la Sierra, murió en Lebrija a manos de los huelguistas el 23 de abril de 1936. Era sobrino de.[1]

Muerte

El 23 de abril, en Lebrija, se llevó a cabo una huelga de jornaleros. Días atrás, los jornaleros habían entrado en los campos y trabajado en los mismos sin haber sido contratados, y ahora pretendían que se les pagasen los jornales. El teniente de la guardia civil Francisco López-Cepero Ovelar les habló y advirtió de que no toleraría desmanes. Luego fue a parlamentar con el alcalde y, a la salida del ayuntamiento, fue abordado por los campesinos, que dispersó un guardia apellidado Galisteo disparando al aire.

Esa noche ardieron un convento, el domicilio del alcalde y el centro de Acción Popular. El teniente López-Cepero, que no tenía teléfono en su casa, salió en la noche hacia el cuartel para dar las órdenes oportunas. Los manifestantes lo vieron y rodearon. Sacó su arma reglamentaria y disparó al aire. Iba a hacer otro disparo, pero el arma se atascó. De pronto, lo rodeaban, lo tiraron al suelo, lo patearon, lo golpearon con palos y una azada. Luego, ya moribundo, lo arrastraron por las calles de la localidad. La esposa del teniente, desde el balcón de su casa, fue testigo de los hechos. El acta de defunción certifica que sufrió fractura del cráneo.

El Gobernador Civil José María Varela Rendueles envió esa noche dos camiones con Guardias de Asalto. El alcalde, Antonio Calvo, fue destituido.

Referencias

  1. La "normalidad" del 36 (7: Más de lo mismo), en el blog Historias de España.

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