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Historia de Albuñol

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El municipio de Albuñol se encuentra al abrigo de la Sierra de La Contraviesa bañado por el Mar Mediterráneo y puerta de entrada de las Alpujarras Granadinas para aquellos viajeros procedentes de la costa. Con dos ramblas, la de Ahijón y la de Aldayar, y que al llegar a su punto de unión configuran la Rambla de Tranco, que históricamente marcó el devenir de muchos alpujarreños.

Albuñol es un municipio marítimo y agrícola, alpujarreño y costero, que conforme llegamos a su interior se hace más abrupto y escalonado, muestra de ello, son sus famosos Cerros como los del Gato, Los Gálvez, La Ermita, famosos por su producción de viñedos y almendras. Así como también, la conocida garganta de Las Angosturas, que cuenta con una ruta señalizada para recorrer el sendero.

Su fundación data del tiempo de los árabes, aunque se encontraron restos humanos y materiales del Neolítico en La Cueva de los Murciélagos, descubiertos en 1858 cuando se realizaban trabajos de minería, ya que existía una compañía dedicada a explotar el mineral de plomo existente en la zona.

La formación del municipio está estrechamente ligada a la división geopolítica de Las Alpujarras, ya que los musulmanes dividieron La Alpujarra en una docena de distritos denominados “Tahas” formando parte Albuñol y la Rábita de la “Taha de Cehel.

Por aquellos entonces, Albuñol se denominaba “Hins Al-Bonyul”, lo que se puede traducir en castellano como “Castillo del Viñedo”. La Rábita sigue manteniendo su topónimo. Después de la expulsión de los moriscos, en el año 1505 D. Luis Zapata adquirió el Señorío de Albuñol a Dña. Juana de Castilla y en 1508 adquirió La Rábita.

En el año 1696 los pobladores obtuvieron el Ermiso Real de roturar y usar las tierras que en su mayoría estaban cubiertas de encinas, por lo que se comenzaron a utilizar las tierras para la labor y nacieron múltiples cortijadas con los apellidos de los nuevos pobladores y que, aún hoy, conservan su nombre tales como Los Rivas, Los Gálvez, Los Morenos, etc. Así pues, Albuñol fue creciendo como un pueblo agrícola de tradiciones y costumbres alpujarreñas, que se complementaba con se cercanía marítima.

Albuñol a finales del S. XVIII, comenzó a vivir su época de esplendor demográfico, agrícola y comercial, ya que las tierras estaban cultivadas de viñedos, higueras y almendros, cuyos frutos eran conocidos por toda la geografía española, y parte del extranjero ya que se transportaban desde el puerto de La Rábita a distintos mercados nacionales e internacionales.

El enclave geográfico y la climatología del término municipal de Albuñol, ofrece a nuestros visitantes la posibilidad de disfrutar de la brisa del mar y el sol mediterráneo, como de la clama y serenidad que ofrece la Ruta de Las Angosturas o el paseo por cualquiera de las laberínticas calles del núcleo urbano y recrearse la vista desde las cumbres divisando las montañas cultivadas de almendros y viñas bajo un telón azul marítimo.

Albuñol “Boulevard de la Alpujarra” como fue denominada por Pedro Antonio de Alarcón a su paso por el pueblo, es un lugar de escapada para disfrutar del sosiego ansiado.

Entre las tradiciones más arraigadas al municipio se encuentran las ligadas a las principales actividades económicas del pueblo como son la artesanía del esparto, muy utilizada antiguamente para las labores del campo, al igual que la guarnicionería que realiza todos los adornos y útiles necesarios para el ganado.

Muy importante es la tradición vinícola del municipio, ya que en los cerros y laderas de Albuñol se cultivan grandes vides de las que se obtiene el Vino Costa, muy peculiar por su sabor y graduación, gracias a las bondades climatográficas que se gozan en Albuñol.

La gastronomía típica del municipio tiene entre sus platos las influencias alpujarreñas, pues son muy conocidos los chorizos y morcillas del Albuñol, el choto al ajillo, la ligas con pescado, la fritada de matanza, los dulces moriscos, la leche frita, roscos y europeos.

Albuñol ofrece múltiples paisajes, destacando de ellos el núcleo urbano histórico y la Cueva de los Murciélagos enclavada entre las abruptas montañas y a la que se puede acceder siguiendo la senda señalizada de la Ruta de las Angosturas. Este yacimiento arqueológico descubierto en 1857, es una Necrópolis Neolítica, ya que los restos humanos y enseres hallados databan de aquella época. Las piezas arqueológicas se encuentran actualmente expuestos tanto en el Museo Arqueológico Nacional como el de Granada.

Un paseo por las laberínticas calles del casco antiguo de Albuñol nos ofrece edificios de singular pasado histórico, tales como la Casa de las Margaritas, donde se alojó el famoso escritor granadino Pedro Antonio de Alarcón para escribir parte de su obra y que se encuentra frente a la Iglesia, la Casa Natal de Isabel Gómez Rodríguez (Madre de Inés de Jesús) fundadora de las Hijas de Cristo Rey, la Casa Natal de Natalio Rivas, afamado político al igual que otros ilustres políticos nacionales de los que Albuñol ha sido cuna como son D. Alberto Aguilera, Ministro de Gobernación del Gobierno de Sagasta y Alcalde de Madrid y D. Miguel de Roda Craviotto, Ministro de Fomento del Gobierno del Duque Rivas.

Muy cerca de las mencionadas casas, nos encontramos con el monumento más emblemático del Albuñol, la Iglesia Parroquial de San Patricio , cuyo origen se encuentra en el Convento de San Gregorio e Iglesia Parroquial de la Virgen del Rosario, ubicada en el mismo lugar, datada de 1616 y que con el paso del tiempo ha ido sufriendo modificaciones, la principal fue el 1803 que configuró el estado actual y cuyo cambio de nombre se debió a la aparición de San Patricio. De origen dórico, tiene tres naves en cruz latina, doce altares, dos torres y una bóveda en el presbiterio.

Cuenta la tradición popular que unos pescadores en la Playa de Melicena, hoy día conocido como Peñón de San Patricio, sacaron de sus redes la imagen de un santo que resultaba ser la de San Patricio, procedente del hundimiento de un barco irlandés. Hubo disputa entre los pescadores por quedarse con la imagen y decidieron subirla a un mulo, que tomara una dirección y que en el pueblo donde se parase allí quedaría como Patrón y fue en Albuñol. Desde entonces, cada 17 de marzo, Albuñol rinde honores a su Santo Patrón de origen irlandés único en la Costa de Granada y muy arraigado en la población, pues entre sus gentes, se encuentra muchos Patricios y Patricias.

La historia de la Rábita vivió su esplendor en la época nazarí, ya que se sonstituyó como un punto estratégico defensivo de la costa, de ahí la construcción del Ribat o Castillo de defensa, cuyo nombre da origen al nombre de La Rábita.

Del Ribat se conserva la gran torre, que posteriormente en la época cristiana se transformó en Castillo para la defensa marítima y en el S. XVI se añadió a su frente un hornabeque simple compuesto por dos medios baluartes unidos por una cortina para dar cabida a dos bocas de fuego, sus alas se prologaron hasta formar a sus espaldas un espacio rectangular, cerrando la gola de la Torre del Homenaje.

El núcleo de población de la Rábita fue creciendo a los pies del Castillo y en el S. XVIII la defensa marítima se amplió con la construcción de las Torres Vigía de Punta Negra, Huarea y la Rábita.

Actualmente la Torre de la Rábita es la mejor conservada desde que se construyó en 1768 por Carlos III y desde ella se divisa el horizonte marítimo. Una de las estampas más bellas del municipio se encuentran en los atardeceres de verano desde la Torre.

Y por último, no hay que olvidar el tesoro escondido que guardan las arenas de Huarea: el Castillo de Huarea, que dio nombre al actual núcleo de población. Dicho Castillo que fue construido para completar la defensa marítima desde la Rábita hasta Guainos en Almería, desapareció por las continuas salidas de la Rambla, que la fue enterrando en lodos y arenas.

Otro de los monumentos de interés es la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. De la Natividad de la Virgen, construida a principios del S. XX y de la que cabe destacar el gran retablo del altar mayor donde tienen alojo las imágenes de San Isidro, San Juan, San Antonio, La Virgen del Mar entre otras, que entre la población rabiteña tienen gran devoció

Así pues, aquellos que quieran conocer las mejores panorámicas de La Rábita, puede caminar entre el azul del Mar Mediterráneo a través de la playa y del Paseo Marítimo hasta llegar a los Miradores del Marroquín donde podrán encontrar el sosiego y la tranquilidad del mar, encontrándose cercano a ese mismo paraje la Playa Naturista del Ruso.

El tercer núcleo de población de Albuñol es el Pozuelo, claramente agrícola, pues en su vega se cultivan gran parte de los productos hortofrutícolas que dan fama a Albuñol, como son los tirabeques, habichuelas, pepinos, tomates cherry y donde las empresas del sector los disponen para destinarlos a los principales mercados europeos.

También el Pozuelo cuenta con una de las mayores extensiones de playa del municipio, donde en la época estival las familias pasan el día disfrutando en las tranquilas arenas del Pozuelo, ya que es una de las pocas playas de la provincia granadina que siempre ofrece un hueco para sus visitantes.

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